lunes

Juana opina que la soberbia humana inunda el universo





Uno de los tantos intereses de Juana es la vida extraterrestre. Como perra curiosa e intrépida le gusta pasar su tiempo libre imaginando e investigando sobre la vida en otros mundos. La semana pasada estaba mirando en Google imágenes de extraterrestres y se dio cuenta de que todos presentaban rasgos antropomórficos. Es decir, en mayor o menor medida, todos tenían semejanzas con la forma del cuerpo humano.

Es aquí que Juana se hace las clarividentes preguntas: ¿por qué los seres de otros mundos tienen que ser similares a los seres humanos?, ¿por qué su figura corporal no puede parecerse más a la de los perros o a la de las mariposas?. Entre las miles de especies que habitan el planeta, la del ser humano es solo una: ¿por qué todos los seres del universo serían similares a ella?. Juana opina que esto es consecuencia de la soberbia humana. Resulta que si los seres de otros mundos son tan inteligentes como los humanos dicen, deben sí o sí parecerse a ellos. Resulta que si los extraterrestres tuvieran forma de conejo quizá no les atraerían tanto porque solo les interesan sus semejantes.

Juana decidió estudiar por su cuenta el fenómeno, establecer una teoría desde la perspectiva perruna. Es por eso que se la ve en las noches en el callejón de la casa donde vive, observando detenidamente el cielo. Por ahora solo ha visto un par de luces verdes atravesando el firmamento nocturno de manera sospechosa. En verdad la falta de resultados ya la está aburriendo, ayer por ejemplo pasó cinco minutos mirando para arriba hasta que se distrajo con un perro negro que la olfateaba.

A todo esto, la imaginación de nuestra querida Juana no para nunca. Tantas preguntas dispararon en Juana una imagen mental de lo que para ella es un ser extraterrestre. Sus ojos nos mostraron la imagen, nosotras la reproducimos aquí:


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