Relato: Uno

Nací en la calle, en la vereda realmente. Mi madre se rajó detrás de un camión de helados y nos dejó a la deriva y sin un hueso. Una humana nos rescató y nos alojó en su hogar de perros. Nombre que tendría que cambiar cuando se dieron cuenta que uno de mis hermanos se había comido cuatro muebles y dos vendedoras ambulantes, resultando ser una rata africana devoradora. En el “Hogar de perros y rata africana”, estuve un mes hasta que llegó mi salvación. Ensaye días cara de desgraciada necesitada de cariño para el día que vinieran los humanos. Cara que no tuve que usar porque el día que llegaron todos mis hermanos se apartaron llorando, eran las caras mas feas y frías que había visto en mi vida. Yo también salí corriendo pero como soy chueca no puede evitar que ellos me tomaran. Ese día me dieron un nombre y una computadora para comunicarme.