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Juana opina que ser mula no es para cualquiera



En sus primeros años de vida, cuando era una perra pobre y desauciada, nuestra Juana tuvo que recurrir a medidas extremas para sobrevivir, y para llevarle comida a sus hermanos. Así por ejemplo, robaba chismosas a las señoras que salían del supermercado, aprendió a cazar moscas, y cazaba ratones, aunque nunca llegaba a comerlos porque le daba asco.
Una vez un humano le propuso trabajar de mula para traficar drogas a Guayaquil. Le daría un kilo de comida por cada diez cápsulas que lograra introducir en su cachorro cuerpo. Juana aceptó, porque además de una perra hambrienta, era aventurera.
Fue así que se escapó del refugio rumbo a la clínica clandestina de este humano. Al primer intento, hizo tanta fuerza para tragar la cápsula que terminó vomitando todo lo que había comido en las últimas semanas. Frustrada por esta pérdida, retrucó su apuesta y decidió que en vez de diez cápsulas tragaría veinte, para recuperar la comida perdida. Porbó otra vez, hasta docientas veces más y solo pudo tragar una cápsula por la mitad, por lo que tuvieron que pegarle una patada en el trasero para que no muriera atragantada. Derrotada, la pobre Juana volvió al refugio sin cápsulas, sin comida y sin viaje.


Juana cuando era mula


Hoy Juana recuerda estos sucesos con alivio. Más grande y madura, considera que es una atrocidad que los cachorros trabajen de mulas. Por otra parte ha hecho una clasificación de los perros que tienen las condiciones fisiológicas para hacerlo. Los Hush Puppies por ejemplo, poseen una garganta muy amplia, tanto que podrían tragarse una columna griega. Ha asesorado a perros de otras razas sobre las técnicas más saludables para ingerir cápsulas. Actualmente trata de alejarse de estas prácticas y está en contra del narcotráfico, pero sabe que aún quedan perros-mulas, por lo que ayuda a que estos mantengan un nivel de vida masomenos saludable.

1 comentario:

  1. No la tenia esa de los perros mula!! pobre juanis, ahora entiendo su locura.

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