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Juana opina que los salarios son injustos


Nuestra Juana no suele inmiscuirse en asuntos que atañen al mundo humano, no por ignorancia, sino por respeto. Juana considera que los humanos continuamente pecan de irrespetuosos con sus mentiras y sus destratos para con el mundo canino. Nuestra sabia amiga cree que la falta de respeto se ataca forzando al otro a ser respetuoso, y eso se logra respetandolo al punto de ignorarlo. La sabiduria de esta perra nos conmueve..
Pero volvamos al asunto. Esta sera una excepcion a la regla. Juana nos hablará de su opinión respecto a un tema tan humano que da asco: las diferencias salariales (que Juana califica de "injusticias salariales"). Pichi de pura sepa, esta perra sabe lo que es la desigualdad de oportunidades: sabe lo que es ser un excluído del sistema, un marginado que no puede acceder a un alimento balanceado, a un almohadón con el cual satisfacer sus apetitos sexuales, a un método de control de natalidad que le permita a las perras disfrutar de los placeres de la vida sin perjudicar a su especie.
Juana no tolera que se atienda más a los intereses de personas a quienes les sobran los ingresos para vivir (y que por soberbia profesional o avaricia pretenden mayor salario) que a los intereses de aquellos seres humanos que con lo que ganan apenas pueden alimentarse a sí mismos. Digamos que a Juanchi le interesa el aspecto práctico de todo esto; nuestra perra intelectual no reniega de reflexionar a veces desde el sentido común. Tenemos a una persona a la cual el sueldo o la jubilación no le alcanza para comer. Tenemos a otra que podría pagarse un pasaje a Río de Janeiro todos los días del mes ida y vuelta: a quién le subimos el sueldo? Juana no entiende el mundo humano.


El lado más justo de Juana

Entre nos, podemos decir que en esta apreciación (totalmente compartida), hay implícitos intereses de especie. Las ganancias de los dueños repercuten directamente en la vida de los perros, en este sistema mascotizador de la especie canina, sistema que juana no comparte, pero al que sabe que debe atenerse de momento (nuestra Juana anda últimamente muy pragmática). Por lo tanto una mejoría en los salarios de los humanos repercutiría en la calidad de vida de sus supuestos perros mascotas (si bien también existen otras variables, como el amor que el humano o humana cree que comparte con su mascota, si el dueño o dueña es vegetariano, etc).
En un desliz verborrágico, la mirada de Juana nos transmitió una frase ideal para concluir esta idea, y este artículo: "los perros no amamos a los humanos, solo queremos vivir mejor".

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